Mi camino al mundo del cine.
- TONALLI MAGANA GUZMAN
- 30 oct 2024
- 4 Min. de lectura
Primera parada, Nort Hollywood.
En 2001 inicié mi camino al mundo del cine, tenía un par de horas libres y me dirigí hacia el metro de los Ángeles, llevaba en mis manos algo que me emocionaba y solo podía utilizarlo por unas horas. Era una grabadora Tascam y una cosa que parecía un pistola (un micrófono shotgun). En ese entonces como estudiante internacional me encontraba estudiando en Los Ángeles Recording Workshop, una escuela ubicada cerca de los estudios universales en una de las zonas más calurosas de Los Ángeles, esto es en North Hollywood (The valley). Si conoces las famosas letras de Hollywood que están sobre las montañas (Mount Lee, en Griffit Park) bueno pues North Hollywood se encuentra justo detrás de esas montañas. En fin... Llevaba conmigo una grabadora que me habían prestado sólo por unas horas, estaba apunto de terminar mi programa certificado en ingeniería en grabación y parte de las últimas prácticas incluían que aprendiéramos a usar equipo cinematográfico en este caso una grabadora portátil que se utiliza típicamente para grabar sonido directo o sonido de locación, esto es básicamente el equipo que se utiliza para grabar el sonido en las películas. Al momento no lo sabía pero cuando tomé la grabadora sentí una conexión extraña con el aparato, me pareció mágico como era que podía caminar e ir escuchando y grabando todos los sonidos a mi alrededor con una nitidez impresionante. Algo que tienen los micrófonos Shotgun es que adonde los apuntes el sonido se focaliza y puedes escuchar con una nitidez super clara. Así entonces decidí caminar unas cuadras por Lankershim Blvd y doblar hasta llegar a la estación del metro de North Hollywood que era mi ruta típica de regreso a casa y la última en donde terminaba el metro en el valle, recuerdo que hacía unas 3hrs y media para llegar hasta East La en donde vivía con mis tíos. Me tenía que levantar a las 5 para llegar a las 8 de la mañana a la escuela. Por cierto esa ruta era de lo más interesante y surreal algunas de las estaciones en Los Ángeles se caracterizan por parar en los barrios específicos como Little Tokyo, China Town y Pershing Square en Downtown Los Ángeles. Si algo tiene esto de característico esta ciudad es que es sumamente cosmopolita y al viajar en metro en algunas de las estaciones sientes y puedes ver cómo es que suben y bajan personas de diferentes culturas, es de alguna forma como si viajaras alrededor del mundo y cada estación fuera un país diferente.

En fin... tomé la grabadora y al dirigirme hacia el metro y entrar a la estación fue sumamente interesante escuchar el metro con una nitidez y claridad impresionante, el metro sonaba casi como una nave espacial, el sonido me recordaba precisamente a las bases que podemos apreciar en películas típicas como de Star Wars o cualquier otra saga que nos narra historias que ocurren en el espacio. Las características acústicas del ir y venir del metro eran perfectamente apreciadas con el Shotgun, si haz estado alguna vez en una estación de metro supongo que recuerdas el sonido cuando el tren se va acercando por el túnel. No sé cómo, pero fue una experiencia de alguna manera corta pero quedó grabada en mi memoria, algo me decía muy adentro de mí que quería volver a repetir esta experiencia y aunque este ejercicio de grabación sólo era parte de una materia opcional que pocos de mi generación hicieron supe que había algo que me encantaba de esto, y era el hecho de poder documentar, escuchar y grabar sonidos que normalmente pasamos por desapercibidos.


Otra de las cosas me pareció interesante grabar fue el tráfico y justo al salir de la estación de metro me dirigí cerca de una cafetería que acostumbraba a ir en Lankershim Boulevard, algo curioso de esa cafetería es que servían un pay de manzana con nieve de vainilla que me parecía simplemente excelente, como estudiante de vez en cuando podía darme ese lujo y cuando era posible me escapaba por ese pastel de manzana. Mi experiencia con esa grabadora tascam fue corta pero definitivamente me dejó enganchado y sin duda aunque haya sido una experiencia de alguna manera breve me dejó precisamente eso, experiencia. Lo curioso es que años más adelante sin saberlo me iría poco a poco adentrando en el cine como sonidista y sin saberlo la segunda vez que tome una grabadora recordé ese pasaje por el metro de North Hollywood y mi experiencia grabando sonidos de la calle.
Algo maravilloso de siempre animarnos o aventarnos a hacer cosas diferentes es precisamente eso, que sin saberlo muchas veces esas experiencias pueden darnos herramientas que nos van a servir a futuro. Esa segunda vez que me tocó grabar pero ahora sí ya para un proyecto profesional no me sentía tan abrumado, sin embargo fue todo una experiencia en donde terminé trabajando con una directora llamada Kamala López quien era de origen latino e Indio y para quien me encontré haciendo mi primer trabajo de sonido, recuerdo que me preguntó que si tenía algo de experiencia con sonido directo y pues claro que mencioné que si, lo interesante es que no sabía que ese sería el primero de mis 23 años de experiencia en el mundo del cine. Y mi primer proyecto en donde aprendí trucos de sonorización y grabación que hoy en día todavia les enseño a mis alumnos. Si quisieras saber uno de ellos te invito a leer la segunda parte de este post. ;)
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